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Ataque al Poder Judicial: Investigación contra magistrados pone en riesgo la independencia y fomenta la impunidad

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En un hecho que ha generado una fuerte controversia política y jurídica, la Junta Nacional de Justicia (JNJ) ha iniciado una investigación disciplinaria contra la presidenta del Poder Judicial, Janet Tello Gilardi, y otros magistrados de la Corte Suprema. Este proceso, impulsado por una mayoría parlamentaria afín a la derecha y sectores aliados como Perú Libre, ha sido denunciado como un intento de debilitar la independencia judicial y garantizar la impunidad de figuras políticas vinculadas a casos de corrupción y crimen organizado.

La decisión de la JNJ, organismo encargado de evaluar y sancionar a los jueces y fiscales del país, ha sido calificada por expertos y organizaciones de la sociedad civil como una maniobra política más que administrativa. Según los críticos, el objetivo real de esta investigación no es corregir supuestas faltas disciplinarias, sino remover a magistrados incómodos para el poder político y reemplazarlos con jueces afines a los intereses de grupos como el fujimorismo y sus aliados.

Sede de la Junta Nacional de Justicia (JNJ). Foto Andina

Conflictos de interés y falta de legitimidad

Uno de los aspectos más cuestionados de esta investigación es la participación de una consejera de la JNJ, exjueza con vínculos evidentes con un partido político cuyos líderes enfrentan graves procesos judiciales. Esta situación ha sido denunciada como un claro conflicto de interés, ya que su intervención en el caso carece de imparcialidad y pone en duda la legitimidad del proceso. Además, se ha señalado que la supuesta falta atribuida a los magistrados es de carácter jurisdiccional y no debería ser competencia de la JNJ, sino resuelta por la propia Sala mediante los mecanismos legales establecidos.

Doble rasero en la lucha contra la corrupción

La rapidez con la que se ha impulsado esta investigación contrasta con la lentitud y pasividad mostrada por la JNJ y otros organismos de control frente a denuncias de corrupción y violaciones al debido proceso. Mientras los grandes casos de lavado de activos y crimen organizado avanzan con una lentitud sospechosa, esta investigación exprés contra los máximos representantes del Poder Judicial ha sido interpretada como un intento de desviar la atención y proteger a quienes buscan evadir la justicia.

En los últimos años, el Congreso ha sido utilizado como un refugio para bloquear investigaciones y reformas que buscan fortalecer la rendición de cuentas. Mediante cambios legislativos, se han reducido penas y se han creado obstáculos para las investigaciones contra políticos y empresarios vinculados a actos de corrupción. Este contexto ha llevado a muchos a ver la investigación contra Tello Gilardi y otros magistrados como parte de una estrategia más amplia para garantizar la impunidad de los poderosos.

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Un precedente peligroso para la democracia

La independencia del Poder Judicial es un pilar fundamental de cualquier democracia. Permitir que el poder político utilice organismos de control para remover jueces y fiscales a conveniencia no solo debilita la institucionalidad democrática, sino que también sienta un precedente peligroso para el futuro de la justicia en el país. Si esta maniobra prospera, se pondrá en riesgo la lucha contra la corrupción y se consolidará un sistema en el que la impunidad sea la norma.

Organizaciones de derechos humanos y expertos en derecho constitucional han llamado a la ciudadanía a estar alerta ante lo que consideran un ataque directo al Estado de derecho. Lo que está en juego no es solo el destino de algunos jueces, sino el futuro de la justicia y la democracia en el Perú. La comunidad internacional también ha comenzado a expresar su preocupación, señalando que la independencia judicial es esencial para garantizar el respeto a los derechos humanos y el funcionamiento de las instituciones democráticas.

La investigación contra la presidenta del Poder Judicial y otros magistrados de la Corte Suprema representa un nuevo capítulo en la batalla por el control de la justicia en el Perú. Lo que comenzó como una disputa política podría convertirse en una crisis institucional si no se toman medidas para proteger la independencia del Poder Judicial. En un momento en el que la corrupción y la impunidad amenazan con socavar los cimientos del Estado de derecho, la defensa de la justicia independiente se ha convertido en una tarea urgente para todos los peruanos.

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