Desde la medianoche del 28 de octubre, Ayacucho se encuentra en paro regional convocado por el Frente de Defensa del Pueblo de Ayacucho (Fredepa) para protestar contra la creciente ola de criminalidad…
Destape
Hospitales inconclusos en Ayacucho: Obras a medio hacer, sobrecostos y un sistema que falla a los ciudadanos
La promesa de una infraestructura de salud digna para Ayacucho se desmorona bajo el peso de la negligencia, la ineficiencia y sospechas de corrupción. Un informe de la Contraloría expone un panorama alarmante: hospitales públicos en la región —financiados con millones de soles del erario — permanecen inconclusos, plagados de fallas estructurales, retrasos injustificados y una gestión opaca que compromete el derecho a la salud de miles de ciudadanos.
Hospital Daniel Alcides Carrión (Huanta): Entregado a medias y con fallas críticas
El Hospital de Huanta, emblema de las deficiencias regionales, fue recepcionado con fisuras en los muros, filtraciones en techos y equipos médicos almacenados sin instalar. La Contraloría señala la ausencia de personal técnico calificado, un cuaderno de obra irregular y supervisiones tan laxas que permitieron errores estructurales evidentes. Los retrasos en pagos y la falta de presupuesto paralizaron la obra, dejando un hospital que opera a medio gas, incapaz de atender plenamente a la población.
Hospital San Francisco (Ayna): Sobrecostos y diseño deficiente
En Ayna, el Hospital San Francisco arrastra un avance físico estancado y adicionales de obra que superan el 20% del contrato original, violando la normativa. Instalaciones eléctricas incompletas, sistemas de agua mal diseñados y materiales almacenados en condiciones precarias son solo parte del diagnóstico. Las modificaciones al expediente técnico, sin sustento claro, han inflado los costos y retrasado una entrega que sigue sin concretarse, mientras la población espera servicios que no llegan.
Hospital de Cangallo: Operativo, pero incompleto
Aunque oficialmente inaugurado, el Hospital de Cangallo funciona con limitaciones severas. Fallas en el sistema de climatización y gases medicinales, junto a ambientes clínicos sin terminar, evidencian una supervisión técnica deficiente. La entrega apresurada, sin cumplir estándares básicos, refleja una constante en la región: priorizar la fachada sobre la funcionalidad, a costa de la calidad del servicio.
Hospitales San Miguel y Coracora: Opacidad y abandono
En San Miguel, la entrega de obras inconclusas se suma a una gestión carente de transparencia, dificultando el control ciudadano. El Hospital Coracora, pendiente de evaluación en 2025, forma parte de este patrón de abandono institucional. La falta de claridad en contratos, adendas y cronogramas alimenta dudas sobre el destino de los fondos públicos.
Un sistema en ruinas: Negligencia, contratistas y supervisión fallida
Las irregularidades trascienden los casos individuales. Contratistas sin capacidad técnica, demoras en la resolución de consultas y una supervisión plagada de omisiones han convertido estos proyectos en pozos sin fondo. El Gobierno Regional de Ayacucho, responsable de la ejecución, muestra una gestión presupuestal caótica y un incumplimiento reiterado de las normas de contratación estatal. El resultado: infraestructura en riesgo de deterioro, arbitrajes costosos y un impacto directo en la salud pública.
El costo humano: Vidas en juego
Cada hospital a medio construir es más que un fracaso técnico; es una promesa traicionada. Los retrasos y sobrecostos no solo despilfarran recursos, sino que niegan atención digna a una población vulnerable. La burocracia y la desidia han convertido la salud en rehén de un sistema donde los errores se tapan con excusas y los responsables evaden sanciones.
Respuestas tibias, impunidad rampante
Las medidas adoptadas —nulidad de contratos, arbitrajes o investigaciones internas— carecen de fuerza y claridad. La ausencia de sanciones penales o administrativas concretas, junto a la opacidad en la publicación de información, perpetúa un ciclo de impunidad. Sin auditorías independientes ni castigos ejemplares, la historia está condenada a repetirse.
Un llamado urgente
Es hora de romper este círculo vicioso. Ayacucho necesita más que informes archivados: exige controles rigurosos, transparencia absoluta y una reforma que priorice resultados sobre discursos. Cada sol malgastado, cada ladrillo mal puesto, es una afrenta a quienes dependen de estos hospitales para sobrevivir. La salud no puede seguir siendo un lujo postergado por la ineptitud y el cálculo político. El país merece justicia, y Ayacucho, respuestas.