Nacional
LA DOBLE MORAL DEL CERRONISMO
Waldemar Cerrón Solicita Anulación de Acusación por Organización Criminal Contra Vladimir Cerrón y Los Dinámicos del Centro: Un Acto Que Busca Impunidad
En un acto que levanta serias interrogantes sobre la integridad y transparencia en el ejercicio del poder político, el congresista Waldemar Cerrón ha solicitado la anulación de la acusación por organización criminal que pesa sobre Vladimir Cerrón, líder del partido político Perú Libre, y los denominados «Dinámicos del Centro». Esta petición no solo afecta la percepción pública sobre el manejo de la justicia en el país, sino que además pone en tela de juicio la ética y la moralidad que deberían guiar a quienes ocupan cargos de representación popular.
La solicitud de Waldemar Cerrón no es un hecho aislado; se enmarca en una estrategia más amplia que, desde hace tiempo, ha sido interpretada como un intento de proteger a los miembros de su partido, quienes han sido acusados de graves delitos de corrupción. Esta maniobra, al buscar la impunidad para su hermano Vladimir Cerrón y otros allegados, contradice directamente los principios de transparencia y responsabilidad que deben regir en una democracia. Cuestionando la Doble Moral
Resulta preocupante que el segundo vice presidente del congreso, quien debería velar por los intereses de la ciudadanía y el respeto al Estado de Derecho, utilice su posición para beneficiar a los integrantes de su partido político, incluidos aquellos acusados de ser parte de una organización criminal. Esta acción refleja una doble moral inaceptable: mientras en el discurso se promueve la lucha contra la corrupción, en la práctica se busca entorpecer el accionar de la justicia cuando esta afecta a los cercanos al poder.
La presentación de una ley que favorece directamente a los miembros de su partido no es más que otro intento de blindaje que atenta contra la confianza pública y la credibilidad del sistema judicial. Este tipo de acciones solo contribuyen a perpetuar la percepción de que algunos políticos están dispuestos a utilizar todos los medios a su disposición para evadir la justicia y proteger sus propios intereses.
Es imperativo que la sociedad peruana, así como las instituciones encargadas de garantizar la justicia, se mantengan vigilantes ante este tipo de maniobras.
La democracia se fortalece cuando todos, sin excepción, son responsables ante la ley. Las acciones de Waldemar Cerrón, al tratar de anular las acusaciones contra su hermano y otros miembros de su partido, no solo son un insulto a la inteligencia del pueblo peruano, sino que también subrayan la necesidad urgente de reformas que impidan el uso del poder político para garantizar la impunidad.
La justicia no debe ser un privilegio reservado para unos pocos, y los peruanos merecen un país donde la ley se aplique con igualdad para todos. Es momento de condenar con firmeza cualquier intento de socavar el Estado de Derecho y de exigir que aquellos que buscan protegerse tras el manto del poder político sean llevados ante la justicia, sin excepciones.