Futuro incierto para Gustavo Adrianzén: Congreso lo interpelará y su continuidad está en duda

El premier Gustavo Adrianzén enfrenta un momento clave en su gestión tras la decisión del Congreso de interpelarlo el próximo 9 de abril. Los cuestionamientos contra su desempeño, especialmente en el manejo de la crisis de inseguridad ciudadana, podrían derivar en una censura que lo obligue a dejar el cargo y desate una nueva crisis política en el Ejecutivo.

Con 43 votos a favor, 39 en contra y 21 abstenciones, el Parlamento aprobó la Moción de Orden del Día 16263, impulsada por el congresista Edward Málaga (Avanza País), quien acusó al Gobierno de no ofrecer soluciones concretas ante el creciente clima de violencia en el país. «La incapacidad para avanzar en la lucha contra la inseguridad ciudadana nos sigue costando vidas, afectando a empresarios, comerciantes, transportistas, colegios y artistas», señaló el legislador.

El presidente del Congreso, Eduardo Salhuana, confirmó que Adrianzén deberá acudir al Pleno el miércoles 9 de abril a las 3:00 p.m. para responder un pliego de 43 preguntas. Su presentación será determinante, ya que una respuesta insatisfactoria podría motivar una moción de censura en su contra, lo que lo obligaría a renunciar.

Una eventual salida de Adrianzén significaría un duro golpe para el Ejecutivo, que tendría que reorganizar su gabinete en un contexto de crisis social y política. Además, la censura de un premier podría debilitar la relación entre el Legislativo y el Ejecutivo, generando un escenario de mayor inestabilidad.

Mientras tanto, sectores oficialistas y opositores evalúan estrategias. Algunos congresistas sostienen que Adrianzén debe permanecer en el cargo para garantizar la continuidad del Gobierno, mientras que otros consideran que su salida es necesaria para un cambio de rumbo.

La interpelación del premier se suma a una serie de enfrentamientos entre el Congreso y el Ejecutivo, lo que refleja la tensión política que vive el país. El desenlace de esta cita parlamentaria podría marcar un punto de quiebre en la gestión gubernamental y definir el futuro del gabinete.