Rafael López Aliaga es abucheado y agredido en Puno

El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, fue duramente rechazado por los ciudadanos de Juliaca, región Puno, tras su llegada para la inauguración del hospital Solidaridad. En un incidente que rápidamente escaló, el precandidato de uno de los partidos de la derecha peruana fue rociado con orina por uno de los manifestantes, mientras que familiares de las víctimas de las protestas de 2023 lo abucheaban y exigían su retiro inmediato.

López Aliaga, quien ingresó al jirón Raúl Porras acompañado de un contingente policial, fue recibido con gritos de «¡Fuera!», «¡Porky asesino!» y «¡Porky traidor!». La hostilidad creció cuando una persona entre la multitud le arrojó orina, forzando al alcalde a retirarse rápidamente de la zona. Como se puede ver en Sin Fronteras, https://www.facebook.com/share/v/14bzurFVMR/.

El descontento de los ciudadanos de Juliaca se remonta a las protestas ocurridas en Lima a inicios de 2023, en las que murieron casi 20 personas debido a la represión policial. En aquella ocasión, López Aliaga se opuso firmemente a las movilizaciones y minimizó las demandas de los manifestantes, lo que generó resentimiento entre los pobladores de Puno.

Testimonios de la indignación popular

Isabel Samillan, hermana de uno de los fallecidos en las protestas, fue contundente en su rechazo: “Cuando los pueblos han ido a Lima, ese miserable los ha terruqueado y asesinado. ¿Qué hace acá? Que se preocupe de los problemas de Lima”.

Por su parte, Mariela Callo recordó los agravios cometidos contra las comunidades quechuas y aimaras: «Juliaca no olvida las humillaciones. La sangre derramada jamás será olvidada».

Respuesta de Rafael López Aliaga

Tras el incidente, López Aliaga se dirigió a la prensa y afirmó que su presencia en Puno es un derecho que no le será arrebatado. “Voy a venir las veces que me dé la gana a Puno. Es la tierra de mi madre y por honor a ella voy a regresar”, señaló. Además, el alcalde sugirió que el ataque fue producto de intereses políticos, deslizando que los manifestantes habrían sido pagados para generar caos.

A pesar del fuerte rechazo, López Aliaga reiteró su intención de regresar a la región, minimizando los hechos como actos de «grupitos» que, según él, siembran odio en el país.