La vacancia presidencial es un mecanismo constitucional de última instancia para preservar la gobernabilidad democrática y el Estado de Derecho ante situaciones de extrema gravedad. No se trata de un instrumento menor,…
Nacional
Masiva movilización sacude Lima y el país en rechazo a Dina Boluarte, el Congreso y la inseguridad
Miles de peruanos salieron a las calles de Lima y otras ciudades clave del país en una de las protestas más concurridas del gobierno de Dina Boluarte, evidenciando un profundo malestar hacia su gestión, el Congreso y la inseguridad que asfixia a la nación. Bautizada como la «Marcha Nacional contra la Violencia», esta movilización unió a una amplia coalición de organizaciones sociales, políticas y gremiales, convirtiéndose en un punto de inflexión que podría anunciar nuevas manifestaciones de similar o mayor envergadura, especialmente tras la reciente censura del ministro del Interior por el Parlamento.
En Lima, el corazón de la protesta fue la Plaza San Martín, donde desde las 5:00 p.m. se congregaron grupos como la Coordinadora Nacional Unitaria de Lucha (CNUL), que agrupa sindicatos, asociaciones campesinas y frentes regionales. Partidos de izquierda como Juntos por el Perú, liderado por Roberto Sánchez, se sumaron con demandas contundentes: la renuncia de Boluarte y el cierre del Congreso, al que acusaron de ser «cómplice de la crisis». También participaron gremios como la Unión de Trabajadores del Transporte, que denunciaron extorsiones diarias de bandas criminales, y estudiantes de la UNMSM y la UNI, quienes alzaron pancartas con lemas como «No más sangre, Dina renuncia».
El clamor se extendió con la presencia de organizaciones feministas, como Ni Una Menos, y asociaciones de familiares de víctimas de la represión de 2022-2023, llegados desde Puno y Ayacucho, quienes exigieron justicia frente a la impunidad y la violencia estatal. En Arequipa, Cusco y Trujillo, las filiales de la CGTP encabezaron marchas simultáneas, mostrando que el descontento rebasa la capital. Incluso artistas como Corazón Serrano y Daniela Darcourt se unieron, visibilizando el impacto de la inseguridad en el ámbito cultural.
Tras meses de calma relativa, esta marcha, que movilizó a decenas de miles, derivó en choques con la Policía Nacional en avenidas como Abancay, dejando heridos y un clima de tensión. Analistas señalan que su escala, inédita desde las protestas postelectorales de 2022, podría ser el preludio de una escalada mayor. Las consignas contra Boluarte, cuya desaprobación supera el 80%, y un Congreso desprestigiado por su inacción resuenan como un grito por cambios estructurales en un país agotado de promesas incumplidas.