A pesar de ser apurimeña y de haber sido recibida con los brazos abiertos en estas tierras, Dina Boluarte no cumple con sus promesas y ahora los alcaldes de los 85 distritos…
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Abancay se moviliza contra la demolición del Hospital Regional y presencia de Dina Boluarte
La ciudad de Abancay, capital de la región Apurímac, amaneció en medio de tensiones y protestas masivas en rechazo a la presencia de la presidenta Dina Boluarte, quien llegó a la ciudad para la colocación de la primera piedra de un nuevo centro penitenciario. Sin embargo, la atención de los pobladores se centró en la falta de avances en la construcción del Hospital Regional Guillermo Díaz de la Vega, una obra que lleva años en el limbo y que ha generado indignación en la población.
Centenares de abanquinos salieron a las calles para expresar su descontento con un paro de 24 horas y una marcha que paralizó la ciudad por horas. Los manifestantes exigieron respuestas concretas sobre el futuro del hospital regional, cuya demolición ha sido planteada por el gobierno regional sin que se haya garantizado la construcción de un nuevo nosocomio que asegure la continuidad de los servicios de salud.
El Hospital Regional Guillermo Díaz de la Vega, que atiende a miles de pacientes de Apurímac y regiones aledañas, se encuentra en un estado crítico de deterioro. Los pobladores exigen que la construcción del nuevo hospital de nivel III-I se realice en un terreno distinto al actual, evitando la demolición del existente hasta que haya una infraestructura alternativa operativa.
“No estamos en contra del progreso, pero no podemos permitir que se deje a miles de personas sin atención médica. Exigimos transparencia y un plan claro”, declaró un dirigente local durante la protesta. La falta de garantías para la continuidad de los servicios de salud ha generado desconfianza en la población, que acusa al gobierno regional y nacional de no priorizar sus necesidades.
Mientras las calles de Abancay se llenaban de manifestantes, la presidenta Dina Boluarte participó en el acto de colocación de la primera piedra del nuevo centro penitenciario en el sector de Illanya, una obra que demandará una inversión de 116 millones de soles y que estará lista entre noviembre y diciembre de 2026.
El nuevo penal, que albergará a 785 internos (702 hombres y 83 mujeres), busca aliviar el hacinamiento en la actual cárcel de Abancay, que tiene una capacidad para 80 personas, pero alberga a más de 400. Durante su discurso, Boluarte destacó el compromiso de su gobierno con el desarrollo de Apurímac, una región que, según dijo, ha sido históricamente olvidada.
Sin embargo, la mandataria fue interrumpida por una mujer que, a viva voz, le recordó que la construcción del penal fue impulsada por la sociedad civil. “¡Esta obra es gracias a la sociedad civil!”, exclamó la mujer, en un momento incómodo para la presidenta, quien la invitó a subir al estrado para agradecer a la población.
La visita de Boluarte se dio en un contexto de alta tensión. Ante las protestas anunciadas, la ciudad fue militarizada, lo que generó críticas por parte de los manifestantes, quienes consideraron la medida como un intento de intimidación.
Además, un helicóptero del Ejército Peruano causó daños en el techo de una vivienda durante un vuelo rasante para aterrizar en el campo deportivo del Colegio Miguel Grau, lo que aumentó el malestar entre los pobladores.
Las protestas en Abancay reflejan un profundo descontento con la gestión gubernamental, no solo por la demora en la construcción del hospital regional, sino también por la falta de diálogo y transparencia en la toma de decisiones que afectan a la población. Mientras el gobierno celebra la construcción de un nuevo penal, los abanquinos exigen que se prioricen obras que impacten directamente en su calidad de vida, como el tan esperado hospital.