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Congreso Peruano Promulga Ley de Impunidad Para Librar a acusados de Crímenes de Lesa Humanidad

Lima, Perú – 21 de agosto de 2024 – En un giro controvertido y de amplio impacto, el Congreso de Perú ha promulgado la Ley 32107, conocida como la ley de impunidad. Esta legislación ha generado un intenso debate al buscar liberar a un grupo reducido de militares condenados por graves violaciones a los derechos humanos durante el conflicto armado interno en el país, que han sido calificados por los tribunales como crímenes de lesa humanidad. La medida ha suscitado preocupación tanto a nivel nacional como internacional, planteando serias dudas sobre el respeto a los derechos humanos y la justicia en Perú.
La Ley 32107 y su Contenido
La Ley 32107, aprobada con una mayoría en el Congreso, se enfoca en liberar a ciertos militares condenados por violaciones graves a los derechos humanos. Desde la creación del subsistema penal de derechos humanos en septiembre de 2004, se han dictado 108 sentencias relacionadas con violaciones de derechos humanos cometidas durante el conflicto armado interno. De estas, aproximadamente un 60% han resultado en condenas, y 25 de estos casos han sido calificados como crímenes de lesa humanidad, de acuerdo con el derecho internacional.

Estos crímenes incluyen eventos atroces como la masacre de Accomarca, El Frontón, Cayara, Barrios Altos, el asesinato del periodista Hugo Bustíos, y violaciones sexuales en Manta y Vilca. Los tribunales han determinado que estos hechos no son delitos comunes, sino crímenes que atentan contra la humanidad en su conjunto.
Controversia y Críticas
La promulgación de la ley ha sido defendida por sus promotores bajo el argumento de que fiscales y jueces han violado el principio de legalidad al calificar hechos históricos como crímenes de lesa humanidad, alegando que estos delitos no estaban tipificados en el momento en que ocurrieron. Esta interpretación ha sido rechazada por diversos sectores, que consideran que los crímenes de lesa humanidad, reconocidos internacionalmente como una norma de ius cogens, están sujetos a persecución y sanción independientemente de las leyes locales vigentes en el momento de la comisión de los delitos.
La ley ha provocado una reacción inmediata de la comunidad internacional y de organizaciones de derechos humanos. La Federación Internacional por los Derechos Humanos (FIDH) y la Asociación Pro-Derechos Humanos (APRODEH) han presentado denuncias ante la Corte Penal Internacional (CPI) contra las autoridades peruanas por los eventos ocurridos entre diciembre de 2022 y febrero de 2023, cuando 49 personas murieron durante las protestas sociales. Estas denuncias argumentan que existió un ataque sistemático contra la población civil, lo que califica estos hechos como crímenes de lesa humanidad.
Reacciones Nacionales e Internacionales
La denuncia ante la CPI ha sido respaldada por Harold Forsyth, exembajador peruano ante la OEA, quien aclara que el objetivo no es dividir más a los peruanos, sino buscar justicia. Forsyth subraya que el Perú, como Estado parte del Estatuto de Roma, tiene la obligación de perseguir y sancionar estos crímenes. La denuncia se suma a una creciente preocupación sobre la impunidad y la falta de avances en la justicia para las víctimas de las protestas.
Óscar Vidarte, internacionalista y docente en la Pontificia Universidad Católica del Perú, señala que la demora en las investigaciones a nivel nacional justifica la intervención de la CPI. Según Vidarte, la naturaleza de los crímenes perpetrados durante las protestas cumple con el criterio del artículo 7 del Estatuto de Roma, que define el asesinato como crimen de lesa humanidad cuando se comete como parte de un ataque sistemático contra una población civil.
Posición de la Corte Suprema y de los Oficiales Militares
El juez supremo César San Martín ha indicado que la Ley 32107 presenta un desafío legal significativo, dado que los crímenes de lesa humanidad están regulados por el derecho internacional penal. San Martín destaca que la Corte Suprema deberá decidir si aplicar o no las disposiciones de esta nueva ley, mientras que la Sala Penal Permanente aún no ha abordado un caso similar.
Por otro lado, los oficiales militares implicados en las violaciones han cuestionado las afirmaciones de los fiscales sobre la vulneración de la autonomía judicial, argumentando que dicha autonomía está sujeta a las normas legales que deben cumplirse.

Situación Política y Social en Perú
La reciente encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) muestra una alta insatisfacción con la democracia en Perú, con más de la mitad de los encuestados expresando falta de apoyo al sistema democrático actual. Este descontento refleja una creciente demanda por una democracia más genuina y participativa.
En un contexto de crisis política y social, la promulgación de la Ley 32107 añade una capa de complejidad al ya fracturado panorama peruano. La ley no solo afecta a los militares condenados, sino que también plantea serias preguntas sobre el compromiso del país con los derechos humanos y la justicia internacional. A medida que la comunidad internacional observa de cerca, Perú se enfrenta al desafío de reconciliar su historia reciente con los estándares globales de derechos humanos.
Fuente: Webs y redes de noticias
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Xiomara Castro denuncia golpe electoral de EE.UU. y declara que Honduras no aceptará resultados manipulados por injerencia extranjera

Tegucigalpa, 9 diciembre 2026.– La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, anunció este lunes que su país no reconocerá unas elecciones “marcadas por la manipulación, el chantaje y la abierta injerencia extranjera”, en referencia al proceso del 30 de noviembre donde, según resultados preliminares, el candidato respaldado por Donald Trump, Nasry Asfura, aparece como virtual ganador. En un mensaje a la nación, Castro afirmó que “un pueblo soberano no se arrodilla ante ninguna potencia extranjera” y adelantó que presentará denuncias formales ante la ONU, la OEA y la CELAC para exigir la anulación total del proceso.
El detonante de la crisis fue el indulto presidencial otorgado por Donald Trump al narcotraficante convicto y ex presidente Juan Orlando Hernández, apenas 48 horas antes de los comicios. Hernández, condenado en Nueva York a 45 años de cárcel por introducir más de 400 toneladas de cocaína a Estados Unidos, fue liberado y recibido como héroe por sectores del Partido Nacional, el mismo que postula a Asfura. Para el gobierno hondureño y amplios sectores populares, esta decisión constituye una intervención descarada de Washington para imponer un gobierno afín en Centroamérica, repitiendo el patrón del golpe de 2009 y el fraude de 2017.
Desde Perú, país que también ha sufrido históricas intromisiones extranjeras en sus procesos democráticos, se observa con solidaridad la resistencia del pueblo hondureño. La soberanía no es negociable: ningún país, por poderoso que sea, tiene derecho a decidir con indultos, amenazas de sanciones o manipulación de sistemas electorales quién debe gobernar a otro pueblo. Honduras hoy levanta la voz que América Latina entera necesita escuchar: la dignidad nacional no está en venta.
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Elecciones 2026: La derecha se desangra en veinte pedazos y la izquierda solo tiene tres cartas

Lima, 9 de diciembre de 2025.- A cuatro meses de las elecciones generales del 12 de abril de 2026, el panorama político revela un quiebre inédito: la derecha conservadora y ultraderechista, históricamente dominante en segundas vueltas, aparece diluida en más de veinte fórmulas presidenciales sin opción real de unificación. Mientras tanto, la izquierda —lejos del progresismo tibio y de las socialdemocracias defensoras del modelo capitalista— se reduce a tres candidaturas definidas. Entre ellas, Juntos por el Perú (JPP), encabezada por Roberto Sánchez y respaldada por Pedro Castillo, Betsy Chávez y Margot Palacios, emerge como la única con cohesión, soporte territorial y capacidad efectiva de movilización.
Ningún candidato de derecha supera el 12,5%, y la suma dispersa de todas sus postulaciones apenas alcanza entre 25% y 30%, pese a que más de veinte listas fueron ratificadas tras las primarias del 8 de diciembre. Estas cifras golpean a un pequeño sector que pretende retener sus privilegios y que en 2021 intentó desconocer la victoria de Pedro Castillo con acusaciones de fraude nunca comprobadas, pese al intento de fabricar evidencias mediante una comisión manipulada desde el Congreso.
La supuesta unidad derechista fracasó desde el inicio. López Aliaga y Keiko Fujimori no sellaron ninguna tregua desde 2021; César Acuña marcha solo en el norte; mientras Álvarez y Forsyth disputan el mismo voto limeño de centro-derecha, López Chau y José Luna intentan aparecer como progresistas. El resultado es un voto conservador pulverizado: lo que en 2021 llegó a concentrar más del 70% en la segunda vuelta hoy se reduce a fragmentos mínimos, en un país donde el 51% permanece indeciso, en blanco o nulo, en rechazo directo al establishment y al “régimen Boluarte” y su sucesor, José Jerí Oré.
La izquierda: tres opciones y tres rutas distintas. Al margen de los progresismos de discurso y de las izquierdas de salón, funcionales al modelo capitalista neoliberal, la izquierda auténtica pone en juego tres candidaturas concretas: Perú Libre con Vladimir Cerrón, ratificado el 8 de diciembre por los delegados, prófugo, cuestionado por sus pactos tácticos con el régimen Boluarte y con el fujimorismo en el Congreso actual, con serias posibilidades de ser inhabilitado por el JNE. Venceremos, con Ronald Atencio -candidato defensor de Guillermo Bermejo y de la línea de nacionalización radical discursiva-, que venció en internas al puneño Vicente Alanoca, enfrenta fracturas internas y rechazo de sectores indígenas por denuncias de racismo y maltrato contra su contendor perdedor. Juntos por el Perú, con Roberto Sánchez Palomino, sería la única plancha con cohesión orgánica: su fórmula fue cerrada por consenso; su principal fortaleza está en el bloque castillista. Pedro Castillo encabeza la lista al Senado Nacional con el número 1, anunciado desde el penal Barbadillo; Betsy Chávez también confirmó su candidatura al Senado por JP; y la congresista Margot Palacios, una de las voces más firmes en la denuncia de la persecución política y defensora de comunidades campesinas y nativas, completa el equipo político de mayor peso.
Las encuestas nacionales le dan entre 3% y 4%, pero los estudios regionales en el sur y los Andes (Apurímac, Cusco, Puno, Ayacucho) ubican a Sánchez entre 12% y 15%, justo donde el rechazo a Dina Boluarte y al Congreso es más alto.
El escenario que la derecha teme. Con un 51% del electorado aún sin decisión, el peor escenario para la derecha es evidente: si JP capta siquiera entre el 25% y 30% del voto castigo -algo plausible con Pedro Castillo como símbolo de resistencia e indignación popular-, Roberto Sánchez podría entrar a segunda vuelta con apenas 18% a 22%, e incluso ganar en primera si la derecha mantiene su dispersión entre cinco u ocho candidatos que no bajan del 5% cada uno. Pero ya estarían copando la Cámara de Senadores del Congreso de la República, advertidos de que la derecha hizo todas las reformas para gobernar desde esa instancia.
En una segunda vuelta, el guion de 2021 podría invertirse: un candidato de izquierda, enfrentándose a cualquier fragmento derechista, tendría amplias posibilidades de triunfo, con un 60% de rechazo ciudadano al régimen actual y a la derecha que mantuvo en el poder a Dina Boluarte y José Jerí, con represión, persecución y asesinatos que siguen impunes hasta hoy. Por ello, la derecha pretendería echar mano del fraude, motivo por el cual ya estaría tomando el control de los órganos electorales del Estado.
En suma, a cuatro meses de las elecciones, la derecha conservadora y neofascista está más dividida que nunca y desgastada hasta el límite: ningún candidato supera el 12,5% y la suma de todos apenas llega a un tercio del electorado. En contraste, la izquierda real solo ofrece una opción porque posee estructura partidaria y popular, símbolo y liderazgos claros: Juntos por el Perú.
Con Roberto Sánchez y el respaldo pleno de Castillo, Chávez y Palacios, el voto de resistencia e indignación del país finalmente tiene un instrumento organizado con amplio potencial de movilización nacional.
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Suspensión judicial paraliza elecciones internas de Ahora Nación y pone en jaque candidatura de Alfonso López Chau

Lima, 8 de diciembre de 2025.- El Poder Judicial ordenó la suspensión provisional del proceso electoral interno del partido Ahora Nación, lo que paralizó las votaciones programadas para este domingo 7 de diciembre destinadas a elegir la plancha presidencial encabezada por Alfonso López Chau, así como a los candidatos al Senado, la Cámara de Diputados y el Parlamento Andino. La medida fue emitida por el Juzgado Civil de La Merced, en Junín, al declarar fundada una demanda de amparo presentada por los militantes Geraldine Estefany Ponce Llanos y Nilton César Meza Franco contra el Tribunal Electoral Nacional del partido. Según la resolución del juez Augusto Balbín Solís, la suspensión abarca los efectos jurídicos y fácticos del acta de sesión del 8 de octubre de 2025, que convocaba la elección de delegados y el cronograma general para las elecciones generales de 2026.
Los demandantes alegaron irregularidades graves en el procedimiento, como la falta de publicación oportuna de la convocatoria y el cronograma electoral, lo que les impidió presentar listas alternativas o formular tachas contra otras postulaciones. Además, denunciaron que el proceso no fue comunicado al Jurado Nacional de Elecciones (JNE) ni a la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE), violando el derecho a participar, elegir y ser elegidos de los afiliados. Otro punto controvertido fue el requisito de un pago de hasta S/ 80.000 para inscribir candidaturas, calificado como discriminatorio e irregular. La resolución judicial advierte al Tribunal Electoral Nacional, presidido por Daniel Martín Plácido Matta, que se abstenga de continuar el proceso bajo apercibimiento de denuncia por desobediencia y resistencia a la autoridad, hasta la resolución del fondo del caso.
A pesar de la orden judicial, Ahora Nación procedió con la elección de delegados el 30 de noviembre y las votaciones del 7 de diciembre bajo la supervisión técnica de la ONPE, argumentando que el fallo es inaplicable y que los actos ya ejecutados no pueden ser retrotraídos. El Comité Ejecutivo Nacional del partido expresó preocupación por posibles intentos de bloquear su participación en los comicios de abril de 2026, y anunció que evaluará medidas legales posteriores. Expertos electorales consultados indican que esta suspensión podría derivar en una tacha ante el JNE, invalidando la candidatura de López Chau si se confirman las infracciones a la democracia interna, en un contexto de 37 partidos que completaron sus procesos sin mayores contratiempos.
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