El próximo paro de transportistas, anunciado para el jueves 10 de octubre y que se extenderá por 72 horas, ha generado preocupación entre los ciudadanos de Lima y otras regiones del país…
Internacional
Protestas contra el APEC 2024 en Perú: Paro nacional contra la criminalidad y la pobreza estructural

Lima, 13 de noviembre de 2024 — En medio de la celebración de la Cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) 2024, que se lleva a cabo en Lima con la presencia de líderes internacionales como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el presidente de China, Xi Jinping, el Perú vive una protesta social sin precedentes.
Diversos gremios de transportistas y organizaciones sociales han convocado a un paro nacional de 72 horas que coincide con el evento multilateral, con el objetivo de poner en evidencia la creciente ola de criminalidad, las extorsiones y la crisis de pobreza que azotan al país.

El paro, que comenzó el miércoles 13 de noviembre, se extiende hasta el 15 de noviembre, y cuenta con el respaldo de organizaciones como la Alianza Nacional de Transportistas, Asotrani, la Coordinadora Nacional de Lucha (Conal) y la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), entre otras.
La principal exigencia de los manifestantes es la derogación de la Ley 32108, que regula el crimen organizado, y el archivo de una controversial ley que sanciona el terrorismo urbano, así como una mayor atención a la creciente inseguridad ciudadana.

En su mayoría, los transportistas denuncian un ambiente insostenible debido a las constantes extorsiones de bandas criminales, que exigen pagos millonarios a cambio de protección. «Nos están pidiendo entre 5.000 y 10.000 soles, cantidades que son imposibles de cubrir para un conductor que no gana más de 70 soles diarios«, declaró Hernán Mendieta, presidente de la Asociación de Transportistas Nacional e Internacional.
La situación es tal que algunos gremios de transportistas de Piura, Ica y Arequipa han decidido suspender sus operaciones, afectando a miles de usuarios diarios.
Los transportistas aseguran que el gobierno no ha hecho nada efectivo para frenar las extorsiones y las amenazas de muerte que enfrentan, lo que ha motivado a una creciente cantidad de sectores a unirse a la protesta. «La situación se ha vuelto insostenible. Necesitamos una respuesta inmediata del gobierno«, expresó Wilmer Yovera Coello, dirigente de Emtrubapi, empresa de transporte interurbano en Piura.
Los manifestantes intentan aprovechar la atención internacional que acapara el país por la realización del APEC 2024 para visibilizar la grave situación de inseguridad y pobreza que atraviesa Perú. Gremios de transporte, federaciones estudiantiles y organizaciones sociales han anunciado su intención de movilizarse hacia las inmediaciones del Centro de Convenciones de Lima, donde se celebran las actividades del APEC, para hacer llegar su mensaje a los líderes mundiales presentes.
En Lima, los transportistas se concentrarán en la Plaza San Martín antes de avanzar hacia San Borja, donde se celebran los encuentros entre los dignatarios internacionales. «Nos sentimos ignorados por el gobierno, y es hora de que el mundo vea lo que está pasando en Perú. Mientras ellos hablan de comercio y cooperación, nosotros vivimos bajo la amenaza constante de la delincuencia«, explicó Richard Bernachea, presidente de la Alianza Gremial Nacional de Transportistas del Perú.

Más allá de las demandas por seguridad, el paro también subraya las profundas desigualdades estructurales del país. Según datos oficiales, la pobreza en el Perú alcanzó al 52,9% de la población en el primer semestre de 2024, lo que representa un aumento alarmante respecto al año anterior.
La pobreza extrema, por su parte, se duplicó en solo un año, afectando al 18,1% de la población. Las comunidades más golpeadas son, en su mayoría, las rurales y las poblaciones indígenas, que enfrentan índices de pobreza mucho más elevados que los mestizos y blancos.
En regiones como Cusco, por ejemplo, más del 97% de la población vive en pobreza total, mientras que en los distritos rurales de Lares y Omacha la pobreza extrema afecta a más del 89% de los habitantes. Estos datos reflejan una realidad que el gobierno de Dina Boluarte no ha logrado revertir, al igual que los gobiernos anteriores de tendencia neoliberal, pese a las promesas de mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos.

En medio de la crisis, las autoridades han mostrado una falta de respuesta ante las demandas de los sectores sociales. La presidenta Dina Boluarte y los congresistas, por su parte, han permanecido en silencio respecto a las preocupaciones expresadas por los transportistas y otros gremios. Para los organizadores del paro, esta indiferencia ha sido una constante desde el inicio de las movilizaciones en 2022, especialmente después de las violentas protestas que sacudieron el país y que dejaron decenas de muertos en la Macrorregión Sur.
Julio Campos, vicepresidente de la Alianza Nacional de Transportistas, enfatizó que el paro no solo es una protesta contra la extorsión, sino también contra un sistema político que no escucha a las bases. «Si no nos escuchan en estos tres días, habrá más paros, más huelgas. No nos van a callar», advirtió, anticipando nuevas movilizaciones si sus demandas siguen siendo ignoradas.
Las protestas contra el APEC 2024 exponen de forma clara las grietas del gobierno peruano: una inseguridad creciente, un sistema económico que margina a millones y una clase política distante de las necesidades de su pueblo.

Mientras los líderes mundiales se reúnen para discutir sobre economía y comercio, el Perú se enfrenta a una crisis social que, al parecer, sigue siendo ignorada por quienes deben actuar. En este contexto, las protestas de esta semana no solo buscan visibilizar los problemas internos del país, sino también una oportunidad para que el Perú reciba la atención que hasta ahora le ha sido negada.
El futuro de las protestas es incierto, pero lo que está claro es que la indignación popular en torno a la criminalidad, la pobreza y la falta de acción gubernamental sigue creciendo.
Actualidad
Trump despliega portaaviones en el Caribe y hunde lanchas venezolanas: Latinoamérica clama por soberanía

Lima, 26 de octubre de 2025 | La ofensiva unilateral de EE.UU. contra embarcaciones cerca de Venezuela escala la tensión regional y revive fantasmas de intervención. Gobiernos y sociedad civil exigen respeto al derecho internacional.
En una operación calificada por Caracas como “acto de guerra”, la Marina estadounidense hundió dos lanchas rápidas venezolanas en aguas del Caribe y posicionó al portaaviones USS Gerald Ford a menos de 200 millas de la costa. Washington justifica la acción bajo el paraguas antinarcóticos, pero analistas peruanos y regionales la señalan como maniobra política de Donald Trump para fortalecer su discurso interno de “mano dura”.
El gobierno de Nicolás Maduro, pese a sus graves señalamientos por autoritarismo y crisis humanitaria, invocó la Carta de la ONU y anunció ejercicios militares en Caracas. Desde México hasta Argentina, voces progresistas y conservadoras coinciden: ningún Estado latinoamericano —ni siquiera los más cuestionados— puede ser blanco de agresiones unilaterales que ignoren la CELAC y la OEA.
Expertos en seguridad regional advierten que la escalada no solo agrava la migración y el narcotráfico, sino que debilita la arquitectura multilateral del hemisferio.
Actualidad
Bolivia elige a Rodrigo Paz como presidente: retorna la centro-derecha tras inhabilitación de Evo Morales

La Paz, Bolivia – En un reñido balotaje presidencial, el senador Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), se alzó con la victoria al obtener el 54,5% de los votos frente al 45,5% del conservador Jorge «Tuto» Quiroga, de la Alianza Libre, según datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE) del domingo 19 de octubre. Este triunfo marca el retorno de la centro-derecha al poder tras casi dos décadas de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por Evo Morales. Paz, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, asumirá la presidencia el 8 de noviembre, prometiendo un «capitalismo inclusivo» para enfrentar la crisis económica, caracterizada por escasez de combustible y devaluación del boliviano
El ascenso de Paz solo fue posible por la inhabilitación de Evo Morales, prescrito de participar en las elecciones por el Tribunal Constitucional Plurinacional en 2023, que ratificó la prohibición de la reelección indefinida. Esta decisión, que excluyó al líder del MAS, provocó una profunda división en el partido oficialista. Morales, desde su bastión en el Chapare, llamó a sus seguidores a votar en blanco o nulo, generando un 20% de boletas inválidas que fragmentaron aún más el apoyo al MAS. Aunque la jornada electoral fue calificada como transparente por observadores de la Unión Europea, las tensiones por la exclusión de Morales alimentaron denuncias de irregularidades en redes sociales, sin que estas alteraran el resultado oficial.
Para Perú, el cambio de rumbo en Bolivia plantea oportunidades y desafíos en la integración regional. Paz ha prometido fortalecer lazos con Estados Unidos y atraer inversiones extranjeras, lo que podría dinamizar el comercio con Lima en sectores como minería y agroindustria. Sin embargo, la sombra de Morales, con una base leal en el altiplano, podría desencadenar protestas si las demandas rurales no son atendidas.
Actualidad
El grito global contra el neocolonialismo que busca someter al pueblo palestino

El mundo está harto. La complicidad de Estados Unidos en el genocidio contra el pueblo palestino —perpetrado por Israel con un descaro que desafía toda ética— ha desatado una ola de indignación planetaria. Desde las calles de América Latina hasta los confines de Asia, millones levantan la voz contra una masacre que ya supera los 66 000 muertos en Gaza, una hambruna inducida y la destrucción sistemática de toda esperanza. En 2025, el respaldo de Washington —con miles de millones de dólares en armas y vetos en la ONU para blindar la impunidad— se exhibe como lo que realmente es: neocolonialismo puro, un intento de imponer su hegemonía a costa de la sangre palestina.
El aislamiento de Washington y Tel Aviv
La hipocresía estadounidense se desmorona. En julio de 2025, 25 naciones, entre ellas antiguos aliados como Reino Unido y Francia, condenaron el “goteo de ayuda” humanitaria que Estados Unidos e Israel presentan como gesto de compasión, mientras civiles mueren en los puntos de distribución. La Asamblea General de la ONU, con un 98 % de votos a favor, respaldó el reconocimiento de un Estado palestino libre, dejando a Washington e Israel en un aislamiento histórico junto a un puñado de cómplices.
En América Latina, Bolivia y Colombia rompieron relaciones diplomáticas con Israel, mientras en Brasil, Chile y Argentina los movimientos sociales organizan boicots, vigilias y marchas masivas. La interceptación de la Flotilla Sumud en octubre —con activistas como Greta Thunberg detenidos— solo avivó la indignación global. Desde Buenos Aires hasta Estambul, el clamor es unánime: alto al genocidio.
Un rugido popular contra el imperialismo
El rechazo no es solo diplomático; es profundamente popular. En redes y plazas, desde X hasta TikTok, se denuncia la propaganda sionista financiada por Washington, que intenta disfrazar la barbarie con campañas digitales. En América Latina, cuna de resistencias anticoloniales, la causa palestina trasciende las fronteras: es la misma lucha contra el imperialismo que libraron nuestros pueblos.
Incluso dentro de Estados Unidos, el 60 % de la ciudadanía exige el fin de los ataques israelíes. Legisladores, artistas y líderes sociales rompen el silencio, calificando los hechos de genocidio. La Corte Internacional de Justicia y el Tribunal Penal Internacional han emitido resoluciones, pero Washington responde sancionando a jueces y fiscales, revelando que su “orden basado en reglas” es una farsa cuando se trata de Palestina.
Latinoamérica puede liderar la dignidad
Cada bomba que cae sobre Gaza lleva el sello de la complicidad estadounidense, pero también la semilla del cambio. La historia enseña que los imperios caen cuando los pueblos se unen. La Flotilla Sumud, las huelgas en Italia, las resoluciones de la ONU y las marchas en Santiago y Bogotá demuestran que la humanidad está despertando.
América Latina, con su legado de lucha y solidaridad, debe dar un paso adelante: boicotear productos de los asentamientos ilegales, exigir sanciones contra Israel y presionar a los gobiernos para reconocer plenamente al Estado palestino. La libertad de Palestina no es una opción política; es un deber moral y humano.
Un grito que no callará
El genocidio en Gaza no es un conflicto lejano: es el espejo del mundo que el neocolonialismo estadounidense intenta preservar, donde unos pocos deciden quién vive y quién muere. Desde esta región de rebeldías —América Latina, cuna de revoluciones— debe alzarse un mensaje claro: no seremos cómplices. Palestina libre no es solo un grito: es una promesa que los pueblos cumplirán, juntos, frente a la maquinaria de muerte que sostiene el imperio.
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