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Las sombras detrás del «brillo» de Andrés Hurtado «Chibolín»

Andrés Hurtado Grados, conocido en el mundo de la televisión peruana como «Chibolín», se encuentra en el centro de una tormenta mediática y judicial. El presentador, con una carrera marcada tanto por su filantropía como por su excentricidad, enfrenta denuncias por lavado de activos y tráfico de influencias. Las acusaciones han sacudido el panorama televisivo peruano y han puesto en pausa su carrera, mientras el país observa cómo una de sus figuras más controvertidas lidia con un oscuro capítulo de su vida, que siempre los escépticos.
El escándalo del oro y las influencias
La investigación contra Hurtado gira en torno a un supuesto caso de tráfico de influencias, en el que habría actuado como intermediario entre los hermanos Siucho Neira y Elizabeth Peralta Santur, fiscal especializada en delitos de lavado de activos. Las acusaciones, divulgadas por el programa Beto a Saber, señalan que Hurtado habría facilitado la devolución de 100 kilos de oro incautados a cambio de un millón de soles. Pese a las pruebas presentadas, como capturas de videollamadas y fotografías que lo vinculan a los involucrados, el conductor niega cualquier participación en actos ilícitos.

En un intento por desmarcarse, «Chibolín» ha afirmado que un auto de lujo que recibió no fue un pago por sus servicios como intermediario, sino un regalo del futbolista Roberto Siucho. Sin embargo, declaraciones de la hermana del futbolista, Ana Siucho, desmienten esta versión.
Según ella, el vehículo fue entregado como compensación económica, ya que su hermano no contaba con los recursos suficientes para pagar el supuesto favor.
El silencio en televisión y su salida temporal
Ante la gravedad de las acusaciones, Hurtado sorprendió a su audiencia el último sábado durante la transmisión de su programa Porque hoy es sábado con Andrés. En lugar de hacer un pronunciamiento extenso, el conductor dedicó solo unos minutos al final del show para anunciar su retiro temporal de la televisión. Con visible incomodidad, explicó que se ausentará «dos o tres sábados» para centrarse en sus asuntos legales, afirmando que no desea «ventilar» sus problemas judiciales en su espacio televisivo.
El público, que esperaba un mayor grado de transparencia, quedó desconcertado ante la aparente normalidad con la que se llevó a cabo el programa. «Chibolín» agradeció a Panamericana Televisión por permitirle este receso y prometió regresar para continuar con su labor de «entretener y ayudar a los más necesitados».
Viejos fantasmas que regresan
Este escándalo no es el primer roce de Hurtado con la justicia. En 2015, fue denunciado por una pareja de exsocios que lo acusaron de estafa. Los esposos Lizeth y Eduardo Dunant alegaron que Hurtado les debía cerca de 185 mil dólares, dinero que supuestamente se iba a utilizar para relanzar un circo junto a su hija Yosetty, espectáculo que nunca se realizó. El conflicto escaló cuando Hurtado afirmó que los Dunant habían contratado sicarios para amenazarlo a él y a su familia, lo que llevó la disputa a otro nivel de tensión mediática.
Otro episodio que marcó su carrera fue la promesa que hizo en vivo, en febrero de 2022, junto al entonces presidente Pedro Castillo. Durante una emotiva transmisión, ambos anunciaron la entrega de más de 4 mil millones de soles para niños con cáncer, un compromiso que nunca se cumplió. Este hecho fue duramente criticado por el periodista Beto Ortiz, quien calificó el episodio como un «montaje» con fines políticos y de rating.

Un personaje envuelto en controversias
La figura de «Chibolín» ha estado siempre envuelta en luces y sombras. A lo largo de su carrera, Hurtado ha logrado construir una imagen de benefactor a través de su programa de televisión, donde frecuentemente ayuda a personas en situaciones vulnerables. No obstante, detrás de esa fachada de filantropía, las denuncias y los rumores sobre sus vínculos con personas de dudosa reputación han minado su credibilidad.
Incluso su vida personal ha sido objeto de controversias. En el libro Canto de Dolor, del periodista Alex Brocca, se describe un personaje llamado «André Tirado», que guarda similitudes con Hurtado y es retratado como alguien relacionado con actividades ilícitas. Esta descripción ha alimentado las especulaciones sobre la vida del conductor, quien siempre ha sido un enigma para el público.
Un futuro incierto
Con su retiro temporal de la televisión y las investigaciones en marcha, el futuro de Andrés Hurtado es incierto. La justicia deberá determinar su responsabilidad en los cargos que se le imputan, mientras sus seguidores esperan su regreso a la pantalla. Sin embargo, el impacto de estas denuncias podría marcar un antes y un después en la carrera de uno de los personajes más polémicos de la televisión peruana.