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Internacional
Uruguay vive jornada histórica: elige su nuevo presidente entre Álvaro Delgado – Yamandú Orsi

Este domingo 24 de noviembre de 2024, Uruguay se encuentra ante una jornada histórica que marcará el rumbo político de los próximos cinco años. Desde las 08:00 horas (11:00 GMT), los ciudadanos están acudiendo a las urnas en un balotaje que definirá quién será el próximo presidente del país para el período 2025-2030. La contienda enfrenta a dos fórmulas muy distintas: por un lado, la coalición liderada por el Partido Nacional, con Álvaro Delgado y Valeria Ripoll, y por otro, la opción del Frente Amplio, representada por Yamandú Orsi y Carolina Cosse.
El balotaje se presenta como un enfrentamiento de ideologías y perspectivas. A un lado, el candidato de la coalición de centroderecha, Álvaro Delgado, de 55 años, veterinario y actual secretario de la Presidencia, quien ha sido la mano derecha de Luis Lacalle Pou en un gobierno marcado por la continuidad de políticas de apertura y liberalización económica. Del otro lado, Yamandú Orsi, un hombre de 57 años, historiador de formación y actual intendente de Canelones, busca devolver al poder a la izquierda con el respaldo del exmandatario José «Pepe» Mujica, figura clave del Frente Amplio.

El resultado de esta elección es incierto, pero cargado de emociones y simbolismos. Para Orsi, se trata de una oportunidad para consolidar el regreso de la izquierda al poder, mientras que Delgado representa la posibilidad de que la coalición de centroderecha continúe su mandato tras los cinco años del presidente Lacalle Pou, quien, con un nivel de aprobación cercano al 50%, no puede presentarse para un nuevo período debido a la limitación constitucional.
La jornada electoral, que se extenderá hasta las 19:30 (22:30 GMT), se vive con gran expectación en todo el país, especialmente en un momento de incertidumbre política y económica a nivel global. Además, este balotaje tiene un fuerte componente simbólico, ya que podría significar el retorno al poder de la izquierda, con el retorno del legado de Mujica y la “artiguista” militancia de Orsi, o bien la consolidación de la alianza de centroderecha, que en los últimos años ha gestionado la crisis del Covid-19 y ha implementado reformas clave en diversos sectores.
A lo largo de la mañana, cientos de miles de uruguayos han hecho fila para cumplir con su derecho al voto, en un país donde el sistema político sigue siendo uno de los más sólidos y estables de América Latina. Como destaca la politóloga Verónica Pérez, “el sistema de partidos en Uruguay ha sido un baluarte contra los extremismos. El partido constriñe al líder, no al revés”, lo que da una estabilidad que ha logrado mantener al país fuera de las tensiones extremas que afectan a otras naciones de la región.

Para muchos, este balotaje es mucho más que una elección política: es un reflejo de las aspiraciones de un pueblo que ha atravesado momentos difíciles pero que sigue adelante, con la esperanza de que su futuro esté en buenas manos, sin importar el color político. Ya sea con Orsi y Cosse representando la continuidad de la izquierda o con Delgado y Ripoll impulsando un nuevo capítulo en la coalición de centroderecha, lo que está claro es que Uruguay ha demostrado una vez más la solidez de su democracia y su compromiso con la paz social.
A medida que avanza el día, las expectativas crecen, y el país entero espera con ansias los resultados que definirán su destino, sin olvidar que en Uruguay, como siempre, la participación ciudadana es la verdadera protagonista de este proceso democrático.
Actualidad
Trump despliega portaaviones en el Caribe y hunde lanchas venezolanas: Latinoamérica clama por soberanía

Lima, 26 de octubre de 2025 | La ofensiva unilateral de EE.UU. contra embarcaciones cerca de Venezuela escala la tensión regional y revive fantasmas de intervención. Gobiernos y sociedad civil exigen respeto al derecho internacional.
En una operación calificada por Caracas como “acto de guerra”, la Marina estadounidense hundió dos lanchas rápidas venezolanas en aguas del Caribe y posicionó al portaaviones USS Gerald Ford a menos de 200 millas de la costa. Washington justifica la acción bajo el paraguas antinarcóticos, pero analistas peruanos y regionales la señalan como maniobra política de Donald Trump para fortalecer su discurso interno de “mano dura”.
El gobierno de Nicolás Maduro, pese a sus graves señalamientos por autoritarismo y crisis humanitaria, invocó la Carta de la ONU y anunció ejercicios militares en Caracas. Desde México hasta Argentina, voces progresistas y conservadoras coinciden: ningún Estado latinoamericano —ni siquiera los más cuestionados— puede ser blanco de agresiones unilaterales que ignoren la CELAC y la OEA.
Expertos en seguridad regional advierten que la escalada no solo agrava la migración y el narcotráfico, sino que debilita la arquitectura multilateral del hemisferio.
Actualidad
Bolivia elige a Rodrigo Paz como presidente: retorna la centro-derecha tras inhabilitación de Evo Morales

La Paz, Bolivia – En un reñido balotaje presidencial, el senador Rodrigo Paz Pereira, del Partido Demócrata Cristiano (PDC), se alzó con la victoria al obtener el 54,5% de los votos frente al 45,5% del conservador Jorge «Tuto» Quiroga, de la Alianza Libre, según datos preliminares del Tribunal Supremo Electoral (TSE) del domingo 19 de octubre. Este triunfo marca el retorno de la centro-derecha al poder tras casi dos décadas de dominio del Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por Evo Morales. Paz, hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, asumirá la presidencia el 8 de noviembre, prometiendo un «capitalismo inclusivo» para enfrentar la crisis económica, caracterizada por escasez de combustible y devaluación del boliviano
El ascenso de Paz solo fue posible por la inhabilitación de Evo Morales, prescrito de participar en las elecciones por el Tribunal Constitucional Plurinacional en 2023, que ratificó la prohibición de la reelección indefinida. Esta decisión, que excluyó al líder del MAS, provocó una profunda división en el partido oficialista. Morales, desde su bastión en el Chapare, llamó a sus seguidores a votar en blanco o nulo, generando un 20% de boletas inválidas que fragmentaron aún más el apoyo al MAS. Aunque la jornada electoral fue calificada como transparente por observadores de la Unión Europea, las tensiones por la exclusión de Morales alimentaron denuncias de irregularidades en redes sociales, sin que estas alteraran el resultado oficial.
Para Perú, el cambio de rumbo en Bolivia plantea oportunidades y desafíos en la integración regional. Paz ha prometido fortalecer lazos con Estados Unidos y atraer inversiones extranjeras, lo que podría dinamizar el comercio con Lima en sectores como minería y agroindustria. Sin embargo, la sombra de Morales, con una base leal en el altiplano, podría desencadenar protestas si las demandas rurales no son atendidas.
Actualidad
El grito global contra el neocolonialismo que busca someter al pueblo palestino

El mundo está harto. La complicidad de Estados Unidos en el genocidio contra el pueblo palestino —perpetrado por Israel con un descaro que desafía toda ética— ha desatado una ola de indignación planetaria. Desde las calles de América Latina hasta los confines de Asia, millones levantan la voz contra una masacre que ya supera los 66 000 muertos en Gaza, una hambruna inducida y la destrucción sistemática de toda esperanza. En 2025, el respaldo de Washington —con miles de millones de dólares en armas y vetos en la ONU para blindar la impunidad— se exhibe como lo que realmente es: neocolonialismo puro, un intento de imponer su hegemonía a costa de la sangre palestina.
El aislamiento de Washington y Tel Aviv
La hipocresía estadounidense se desmorona. En julio de 2025, 25 naciones, entre ellas antiguos aliados como Reino Unido y Francia, condenaron el “goteo de ayuda” humanitaria que Estados Unidos e Israel presentan como gesto de compasión, mientras civiles mueren en los puntos de distribución. La Asamblea General de la ONU, con un 98 % de votos a favor, respaldó el reconocimiento de un Estado palestino libre, dejando a Washington e Israel en un aislamiento histórico junto a un puñado de cómplices.
En América Latina, Bolivia y Colombia rompieron relaciones diplomáticas con Israel, mientras en Brasil, Chile y Argentina los movimientos sociales organizan boicots, vigilias y marchas masivas. La interceptación de la Flotilla Sumud en octubre —con activistas como Greta Thunberg detenidos— solo avivó la indignación global. Desde Buenos Aires hasta Estambul, el clamor es unánime: alto al genocidio.
Un rugido popular contra el imperialismo
El rechazo no es solo diplomático; es profundamente popular. En redes y plazas, desde X hasta TikTok, se denuncia la propaganda sionista financiada por Washington, que intenta disfrazar la barbarie con campañas digitales. En América Latina, cuna de resistencias anticoloniales, la causa palestina trasciende las fronteras: es la misma lucha contra el imperialismo que libraron nuestros pueblos.
Incluso dentro de Estados Unidos, el 60 % de la ciudadanía exige el fin de los ataques israelíes. Legisladores, artistas y líderes sociales rompen el silencio, calificando los hechos de genocidio. La Corte Internacional de Justicia y el Tribunal Penal Internacional han emitido resoluciones, pero Washington responde sancionando a jueces y fiscales, revelando que su “orden basado en reglas” es una farsa cuando se trata de Palestina.
Latinoamérica puede liderar la dignidad
Cada bomba que cae sobre Gaza lleva el sello de la complicidad estadounidense, pero también la semilla del cambio. La historia enseña que los imperios caen cuando los pueblos se unen. La Flotilla Sumud, las huelgas en Italia, las resoluciones de la ONU y las marchas en Santiago y Bogotá demuestran que la humanidad está despertando.
América Latina, con su legado de lucha y solidaridad, debe dar un paso adelante: boicotear productos de los asentamientos ilegales, exigir sanciones contra Israel y presionar a los gobiernos para reconocer plenamente al Estado palestino. La libertad de Palestina no es una opción política; es un deber moral y humano.
Un grito que no callará
El genocidio en Gaza no es un conflicto lejano: es el espejo del mundo que el neocolonialismo estadounidense intenta preservar, donde unos pocos deciden quién vive y quién muere. Desde esta región de rebeldías —América Latina, cuna de revoluciones— debe alzarse un mensaje claro: no seremos cómplices. Palestina libre no es solo un grito: es una promesa que los pueblos cumplirán, juntos, frente a la maquinaria de muerte que sostiene el imperio.
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