El 26 de septiembre del año en curso, se llevará a cabo el anunciado paro nacional de transportistas, organizado por la Asociación Nacional de Integración de Transportistas, liderada por Martín Valeriano. Esta…
Actualidad
Transportistas de Lima y Callao paralizarán actividades este 5 de enero contra extorsiones y sicariato

Este jueves 5 de enero, los transportistas de Lima Metropolitana y Callao realizarán un paro nacional para exigir al gobierno de Dina Boluarte medidas concretas contra la ola de extorsiones, atentados y sicariato que afecta a conductores y pasajeros. La medida de fuerza, convocada por diversos gremios del transporte urbano, busca visibilizar la grave inseguridad que enfrentan a diario. Según los organizadores, el 80% de los transportistas es extorsionado por delincuentes, quienes exigen «cupos» bajo amenazas de violencia.

La paralización incluirá marchas pacíficas que partirán desde distintos puntos de la ciudad y culminarán en el Cercado de Lima. Entre las principales demandas destacan la implementación de mayores medidas de seguridad, la revisión de normativas del sector y la mejora de las condiciones laborales. Los convocantes esperan que el gobierno atienda sus reclamos y frene la creciente criminalidad que, según afirman, ha dejado a muchos transportistas en la indefensión.
El ministro del Interior, Juan José Santiváñez, se pronunció sobre el paro y advirtió que no se tolerarán actos de violencia ni disturbios durante las protestas. «La PNP no permitirá ningún acto que afecte el patrimonio público o privado, ni la integridad de las personas. Acompañaremos a quienes marchan de manera pacífica, pero al lanzamiento de la primera piedra, el diálogo se termina», afirmó. Santiváñez aseguró que las fuerzas del orden estarán desplegadas para garantizar la seguridad durante la movilización.

Por su parte, el presidente del Consejo de Ministros, Gustavo Adrianzén, minimizó la convocatoria al paro, insinuando que estaría siendo impulsada por organizaciones ilegales. «La paralización no contribuye en nada con la seguridad. Es un paro convocado por grupos que buscan desestabilizar el orden público», declaró. Adrianzén instó a los transportistas a buscar canales formales para expresar sus reclamos y aseguró que el gobierno está trabajando para fortalecer la seguridad ciudadana.
El ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez Reyes, señaló que el paro tiene un trasfondo político y beneficiaría principalmente a los transportistas informales. «Cuando se paraliza la ruta formal, aparecen los informales, quienes aumentan los precios de los pasajes. Estas convocatorias parecen estar destinadas a favorecerlos», afirmó. Pérez Reyes destacó que los gremios formales no se sumarán al paro y que el MTC ha coordinado con la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas para garantizar la seguridad durante la jornada.
Mientras tanto, los transportistas insisten en que su lucha es por la seguridad y la vida. «No queremos más extorsiones, no queremos más muertes. Exigimos que el gobierno nos proteja», expresó un representante del gremio. La movilización de este jueves promete ser una de las más significativas en los últimos años, reflejando el descontento de un sector clave para la movilidad en la capital.
Agricultura
Southern Copper Corporation y el Estado peruano ignoran demandas de las comunidades campesinas de Apurímac

En el distrito de Tapairihua, provincia de Aymaraes, Apurímac, las comunidades campesinas han alzado su voz contra la presencia de la minera Southern Copper Corporation, denunciando que ni la empresa ni el Estado peruano han atendido sus demandas. Los comuneros, que dependen de la agricultura y la ganadería como pilares de sus actividades ancestrales y su subsistencia, aseguran que las operaciones mineras están afectando gravemente sus tierras, fuentes de agua y medios de vida. La falta de diálogo y soluciones concretas llevó a los pobladores a manifestar su descontento de manera contundente, incendiando el campamento minero de Choquemarca el pasado 14 de marzo.
Los habitantes de Tapairihua dejaron claro que no desean abandonar sus prácticas agrícolas y ganaderas, profundamente arraigadas en su cultura e identidad, para dar paso a proyectos extractivos que, según ellos, solo benefician a la empresa minera y no a sus comunidades. Denuncian que las actividades de Southern Copper Corporation han contaminado sus recursos hídricos y degradado las tierras que han trabajado por generaciones, poniendo en riesgo su seguridad alimentaria y su forma de vida.

El incidente ocurrió en horas de la mañana de ese día, cuando los comuneros, en un acto de desesperación, prendieron fuego al campamento minero. Según Radio Titanka, los pobladores también han iniciado un paro indefinido, bloqueando carreteras y organizando movilizaciones para exigir el retiro definitivo de la minera de sus territorios. Sin embargo, las autoridades locales y nacionales no han mostrado avances significativos en atender las preocupaciones de las comunidades ni en establecer un diálogo genuino que respete sus derechos y prioridades.
Por su parte, la respuesta del Estado ha sido meramente policiaca. Más de 20 efectivos policiales destacados en la zona se vieron superados por los manifestantes y tuvieron que retirarse hacia el sector de Masupama, donde fueron apoyados por otro contingente policial. Un equipo de fiscales y policías se trasladó al área para investigar los daños y denunciar a los comuneros, pero hasta el momento no se han pronunciado sobre medidas concretas para abordar las demandas de los comuneros.

Este conflicto pone en evidencia la histórica desatención del Estado peruano y de empresas privadas como Southern Copper Corporation hacia las comunidades campesinas, que solo buscan proteger sus territorios y recursos naturales. La ausencia de soluciones reales y el menosprecio a las actividades tradicionales de Tapairihua han generado un clima de tensión que amenaza con escalar aún más, mientras las familias campesinas continúan defendiendo su derecho a vivir de la tierra que han trabajado durante siglos.
Costumbre y tradiciones
Inti Raymi 2025: La Elección del Sapa Inca y el Renacer del Tawantinsuyo en el Corazón de Qosqo

En el ombligo del mundo, donde la piedra aún susurra las glorias del Tawantinsuyo, Qosqo se prepara para recibir al Inti Raymi 2025, la sagrada Fiesta del Sol que renueva el pacto entre el hombre y el dios Inti. Pero antes de que el solsticio de invierno ilumine la fortaleza de Saqsaywaman, un momento crucial captura la atención de nuestra Hatun Llaqta: la elección del Sapa Inca, el hijo del Sol que encarnará el espíritu de Pachakutiq, el transformador del mundo, y liderará esta ceremonia milenaria.
La Empresa Municipal de Festejos del Cusco (EMUFEC) ha convocado a seis hombres de noble linaje espiritual —Edison Vidal Valencia, David Anca, Casimiro Quispe, Armando Condori Araoz, Edwin Monzón y Henry Aquino— quienes, tras un arduo proceso de selección, aguardan el veredicto que los ungirá como el Willaq Uma, el sumo sacerdote y soberano que hablará por el pueblo ante el Inti. No se trata solo de un papel teatral, sino de una responsabilidad sagrada: el elegido deberá portar la masqapaycha, el emblema imperial, con la dignidad que exige el legado de nuestros abuelos, y su voz en quechua resonará en Saqsaywaman como un eco de los tiempos en que el Tawantinsuyo abarcaba los cuatro suyus.

En las calles empedradas de Qosqo, los runas conversan con reverencia mientras caminan hacia el Qorikancha, donde los muros de oro espiritual aún custodian la memoria del Inti. Los nombres de los finalistas se pronuncian con respeto, y las familias debaten quién será el digno sucesor de los grandes incas para esta ceremonia que, más allá de su esplendor, es un acto de comunión con la Pachamama y el Hanan Pacha. Cada candidato ha demostrado no solo su destreza escénica, sino su comprensión profunda de los usus y las costumbres que forjaron nuestra cosmovisión: el ayni, la minka y el respeto al ciclo eterno de la vida.
Mientras el anuncio del Sapa Inca se acerca, los preparativos para el Inti Raymi alcanzan su apogeo. Los tejedores de Chinchero y Qolqepata hilan el oro y la plata de los trajes reales, los músicos ensayan las melodías que evocan el latir de la tierra, y las sacerdotisas del Sol, las ñustas, se alistan para rendir tributo con danzas que imitan el movimiento de los astros. En los fogones, las mamakuna preparan ofrendas de maíz y coca, mientras el aroma del watya y el qapchi llena el aire, recordándonos que esta fiesta no solo es espectáculo, sino también un retorno a nuestras raíces, un momento para agradecer y pedir por la fertilidad de la Pachamama.

El Inti Raymi 2025, en su 81 aniversario desde su reinstauración en 1944, promete ser un puente entre el pasado y el futuro, un recordatorio de que el Tawantinsuyo no es solo historia, sino un espíritu vivo que late en cada runa que pisa esta tierra sagrada. Cuando el nombre del nuevo Inca sea revelado, el pueblo lo recibirá con qamya y wankas, alzando sus voces para que el Inti lo bendiga en su misión de guiarnos hacia un nuevo ciclo de luz.
Qosqo invita al mundo a ser testigo de esta celebración, pero también a comprender su esencia: no solo venimos a mirar, sino a sentir el peso de nuestra herencia. Que el Inti nos ilumine, que el Sapa Inca elegido sea digno de su linaje, y que el Tawantinsuyo renazca en cada corazón que se una a esta fiesta sagrada. ¡Kaypi Qosqo, kaypi Tawantinsuyo!
Regional
Pescador peruano rescatado tras 95 días en altamar: «Pensar en mi madre me mantuvo vivo»

Máximo Napa Castro, el pescador peruano de 46 años que sobrevivió 95 días perdido en altamar, finalmente pisó tierra firme en Paita, Piura, tras ser rescatado por un buque ecuatoriano. Su historia de resistencia ha conmovido al país, y su testimonio revela el poder de la esperanza en las condiciones más extremas.
Napa Castro zarpó el 7 de diciembre de 2024 desde San Juan de Marcona, Ica, a bordo de su embarcación artesanal «El Gatón 2», con la intención de pescar huevera. Sin embargo, tras perder contacto con su familia el 18 de diciembre, su paradero permaneció desconocido durante tres meses. «Pensé que no lo lograría», confesó entre lágrimas al reencontrarse con su hermano Pedro en Paita. Durante su odisea, enfrentó la deshidratación y el hambre, sobreviviendo con agua de lluvia, aves y pequeños peces que atrapaba con sus manos. «Hubo días que no llovía, y sentía que mi cuerpo no resistiría más», relató.
Lo que lo mantuvo vivo, asegura, fue pensar en su madre y su nieta recién nacida. «No podía rendirme. Cada día me decía: “Por mi madre, por mi familia, tengo que seguir. Ella fue mi fuerza”, expresó Napa, quien afirmó que la fe y los recuerdos de sus seres queridos le dieron el coraje para no desistir. El pescador fue hallado el 11 de marzo a 388 millas de la costa, frente a Chimbote, en un estado crítico pero consciente.
Tras recibir atención médica inicial en Paita, Máximo planea viajar a Lima y luego a Ica para reunirse con el resto de su familia, quienes ya preparan un emotivo reencuentro. Su caso también ha reavivado el debate sobre la seguridad de los pescadores artesanales en Perú, exigiendo mejores protocolos y sistemas de comunicación para evitar tragedias similares.
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